La NUEVA BAUHAUS. HISTORIA Y OPORTUNIDAD PARA GALICIA

Introducción
La nueva Bauhaus Europea es un proyecto puesto en marcha por la Comisión Europea, en referencia a los principios emanados del movimiento histórico generado alrededor a un grupo de arquitectos, artesanos, escultores, diseñadores, fotógrafos y pintores liderazgos por el arquitecto alemán Walter Gropius. En 1919, recientemente estrenada la República Federal de Alemania, Gropius creó la Escuela Bauhaus en la capital, Weimar, siendo su primer director.

Historia
Que es la Bauhaus? La palabra alemana "Bauhaus" significa "bau"-construcción- y "haus"-casa, construcción de casa. Fue promovida por unos chicos profesionales con inquietudes por construir una sociedad más racional, con mayor funcionalidad y menos economicista. Una especie de una armonía musical moderna.
Pero la historia del movimiento venía forjándose desde hace tiempo. Los pueblos alemanes, con sus diferentes reinos, ducados y condados, siempre tuvieron cinco objetivos comunes muy claros: el idioma alemán (Deutsch), el territorio (el espacio vital el Lebensraum), la raza superior (Herrenvolk), la supremacía económica y formar una gran nación, toda una filosofía que le había llevado a sobresalir por encima de los demás pueblos y naciones europeas.
Debido a las guerras napoleónicas y a las continuas desavenencias de algunos reinos y ducados alemanes, sobre todo los del norte, con los emperadores se pondría fin al Sagrado Imperio Románico-Germánico, con la abdicación de Francisco II, en 1806. Pero los pueblos alemanes intentaron mantener siempre la hegemonía en Europea, por eso, desaparecido el I Reich, pronto nace la gran confederación de los pueblos alemanes con el Imperio Austrohúngaro, formando la gran Alemania y, más tarde, disuelta dicha confederación, se formaría la federación del norte liderada por Prusia, quien consiguió asociar el someter a los reinos, ducados y condados del norte, formando el gran reino Prusiano.
Viendo los reinos y ducados del sur el pujante desarrollo industrial del reino de Prusiano, basado principalmente en el acero y el carbón de la cuenca del Ruhr, el 17 de enero de 1871, de la mano del canciller de Prusia, el general Otto Eduard Leopold von Bismark, se produjo la unión de los reinos de Baviera, Würtemberg, el ducado de Hesse-Darmestadt y el gran ducado de Badem con la federación del norte. Surgiría, de este modo, el Zollverein, una unión aduanera que daría lugar, más tarde, al Imperio Alemán (él II Reich), cuyo primer emperador fue el rey Guillermo I, de Prusia, convirtiéndose en el Káiser de los 38 estados alemanes. 
Consolidado el gran imperio, la revolución industrial y económica fue fulgurante en la nueva nación alemana, consiguiendo ponerse a la par del Imperio Británico y, en muchos ámbitos, incluso superarlo. 
A principios del siglo XX, las empresas alemanas como Krupp, Thyssen, Badische-Anilin, Daimler-Benz, Allgemeine Elektricitäts Gesellschaft (AEG), Siemens o los grupos mineros de la cuenca del Ruhr, eran ya grandes compañías que necesitaban de naves industriales, oficinas y viviendas para los trabajadores. Pero la inmensa mayoría de las empresas se preocuparon más de la parte económica que de la social y la corporativa. Era necesario un cambio, los grandes grupos necesitaban, además, del triunfo mercantil, dar, también, una buena imagen.
Por otra parte, los chicos ingenieros, arquitectos y artesanos tenían nuevos conceptos de los productos, de la forma de trabajar y de vivir. La reciente forma de producción en cadena, mucho más exigente, necesitaba naves industriales más amplias y luminosas, además de viviendas para los trabajadores más confortables. 
Precisamente, por esa inquietud de las grandes corporaciones e industrias de mejorar las condiciones de trabajo, los diseños de sus productos y la imagen corporativa, nació la relación de algunos diseñadores y arquitectos con la empresa AEG, quien en 1907 contrató como consultor artístico corporativo a Peter Behrens, pintor, diseñador y arquitecto formado en las prestigiosas escuelas de Karlsruhe y Düsseldorf. Profesional con reconocido prestigio y precursor de las líneas geométricas austeras. Fue él quien acuñó la expresión "menos es más", atribuida erróneamente a Ludwig Mies van diere Rohe, quien había sido su ayudante y l gran impulsor, más tarde, del "minimalismo". En su despacho trabajaron también Walter Gropius, Adolf Meyer y Le Corbusier, promotores todos ellos de la arquitectura Bauhaus.
Además de diseños de electrodomésticos, muebles y viviendas, Behrens destacó como el gran precursor de la arquitectura industrial, siendo su obra más emblemática la "nave de turbinas de AEG". Proyectada en Berlín en 1908, se trata de una nave modular rectangular, construida con estructura de acero y gran luminosidad en su interior que le daba un cierto aire de elegancia. Tanto era así, que fue considerada la capilla sixtina industrial. Actualmente, es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y pertenece al grupo Siemens.

En 1911, Carl Benscheidt, dueño de la empresa "Fagus", encargó a Walter Gropius y Adolf Meyer él proyecto de una nueva fábrica. La construcción de este edificio industrial y de las viviendas de los trabajadores, sería el primer trabajo como arquitectos autónomos de Gropius y de Meyer. Este edificio albergaba una fábrica de hormas para zapatos, elaboradas con madera del género de la haya, de ahí el nombre de "Fagus". El edificio fue declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en el año 2011 y actualmente es la sede oficial de la empresa GreCOm, que produce equipos de alta tecnología para la transformación de la madera, pero sigue manteniendo una pequeña sección de fabricación de hormas de zapatos en recuerdo a sus orígenes.
Como se puede observar en las fotos, los dos edificios (la fábrica de turbinas de AEG y la de Fagus) tienen una cierta similitud, tanto en el diseño como en los materiales. La influencia de Behrens en sus discípulos eres evidente. 

Otra de las grandes obras arquitectónicas industriales de la Bauhaus fue la construcción de la mina de carbón de Zollverein, en Essen, Alemania, considerada la mina más hermosa del mundo, cuyo proyecto de ejecución se realizó en 1932 por Fritz Schupp y Martín Kremmer e inscrito por la UNESCO en Patrimonio de la Humanidad, en 2001.

En los primeros años del siglo XX, muchos profesionales que apoyaban una nueva forma de ver el diseño, la arquitectura, la artesanía y la pintura, la denominada filosofía de la ciencia y las artes libres e independientes, "die freie Wissenschatf", revolucionarían el mundo de la construcción. Era también una cierta rebeldía de algunos intelectuales y profesores alemán frente a la "lucha cultural" (Kulturkampf), impuesta por Prusia de una forma contumaz en todos los estados del Imperio. Pero la Gran Guerra, iniciada en 1914, pondría fin a esta corriente intelectual durante varios años.
Lo que pretendía este grupo de profesionales era construir con más simplicidad, funcionalidad y luminosidad, utilizando líneas rectas, espacios abiertos y los colores primarios y aplicando el concepto de "obra de arte total" (Gesamtkunstwerke). En definitiva, volver a un urbanismo básico y a una sociedad más humana y menos egoísta. 
Él claustro de profesores de la Bauhaus estaba formado, además de Walter Gropis y Adolf Meyer, por otros profesionales destacados en el mundo de la arquitectura y el arte, como por otros profesionales destacados en el mundo de la arquitectura y el arte, como Ludwig Mies van diere Rohe, Kandinsky, Klee, Laszlo Moholy-Nagy, Oskar Schlemmer, Bauer, Fritz Schupp, Martín Kremmer y Theo Doesburg, entre otros.
Todo el mundo estaba entusiasmado con la nueva forma de trabajar en la Escuela. La libertad de enseñanza era total. Durante un tiempo, incluso, llegó a tener más alumnas que alumnos, lo que era muy poco frecuente en aquellos tiempos.
Pero las cosas no tardaron en cambiar. Alemania estaba agobiada con el pago de sus obligaciones con los vencedores de la Primera Guerra Mundial, debido al humillante pacto de Versalles que los aliados, principalmente Francia, hicieron firmar a Alemania, además de la hiperinflación y los desórdenes públicos causados por las luchas obreras y los partidos políticos emergentes, como el partido de trabajadores alemanes (Deutschearbeiterpartei).
Viendo el desastre que se avecinaba, todavía Gropius no tenía vinculaciones políticas, tuvo que aceptar durante un tiempo algún cargo de menor relevancia para poder mantener abierta la Escuela y su despacho de arquitecto, ante las presiones de las autoridades de Weimar.
En 1925, la Escuela fue trasladada a Dessau, siendo dirigida dos años más tarde por el arquitecto y urbanista suizo, Hannes Meyer asta 1930. En 1932 volvería a Berlín bajo la dirección de Lyudwig Mies van diere Rohe, cerrando definitivamente sus puertas en 1933 con la llegada al poder de Hitler. 
Walter Gropius nació en Berlín, era hijo y nieto de famosos arquitectos, sobre todo su abuelo Martín. Se formó en las afamadas escuelas de Berlín y Múnich y, durante un tiempo, formó parte del despacho de arquitectura de Behrens. Después de la etapa  de la Bauhaus, tuvo que exiliarse en Londres acusado de divulgar arte degenerado por los nacional-socialistas de Hitler. Más tarde, se trasladaría a Estados Unidos, donde trabajó como arquitecto e impartió clases en la Universidad de Harvard.
La Nueva Bauhaus Europea
En referencia a los principios fundamentales de aquel movimiento histórico que recientemente cumplió los 100 años de su nacimiento, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von diere Leyen, en su discurso sobre el estado de la Unión, el 16 de septiembre de él 2020 ante los miembros del Parlamento Europeo en Bruselas, como recuerdo la aquel movimiento y estilo de hacer las cosas de la Bauhaus, dijo: "Deseo que los Next Generation de la UE impulsen una ola de renovación europea y que haga de nuestra Unión, un líder de la economía circular".
¿Qué persigue la Nueva Bauhaus?
Lo que se pretende con este nuevo proyecto es una mayor sostenibilidad: objetivos climáticos, circularidad en la economía, contaminación cero y biodiversidad.
Pero no se trata solo de un proyecto medioambiental, sino de crear una forma de vivir diferente, con mejor calidad y funcionalidad, teniendo en cuenta también la inclusión, es decir, garantizando la accesibilidad y la asequilibilidad. Es una forma de volver al pasado utilizando los avances tecnológicos del presente, conectando la cultura y la tecnología, tratando de desarrollar proyectos económicos aprovechando los recursos naturales de una forma responsable y respetuosa con el entorno.
En este sentido, Galicia cuenta con unas condiciones de suelo y clima que la hace muy atractiva para desarrollar proyectos próximos al medio natural, con posibilidades de generar riqueza endógena en sectores como el forestal, el ganadero, la agricultura, los productos de la pesca, minería, energía renovable, etc., además también dispone de una arquitectura en medio rural y las poblaciones pequeñas, aún aceptable para la rehabilitación. Como afirma el arquitecto inglés, David Chipperfield, afincado en Galicia, presidente de la Fundación RIA y premio Pritzker de Arquitectura 2023, "el entorno natural de Galicia no es un paisaje para observar, sino que es un paisaje productivo". De hecho, fue esta forma de vida vinculada al territorio la que sustentó la economía gallega durante muchas décadas. Tampoco cuenta Galicia con un desarrollo industrial exagerado ni grandes urbes, lo que podría ser otro atractivo para la aplicación del proyecto de la Nueva Bauhaus.

Quizás el mayor obstáculo para su implantación es la ordenación del territorio. La dispersión y la despoblación del mundo rural en la mayor parte de Galicia, se debe al éxodo en el último siglo, primero a Latinoamérica, después a Europa y a las grandes ciudades españolas como Bilbao, Madrid el Barcelona y, más tarde, la las grandes áreas metropolitanas gallegas, construyendo de esta forma un peri urbanismo alrededor a Vigo y A Coruña, dando forma a un nuevo urbanismo en Galicia y una nueva movilidad. Pero lo más grave fue que se concentró el 80% de la población gallega en una franja a 40 kilómetros de la costa, que va desde Tui a Ribadeo. 
Revertir esta situación y llevar a cabo este nuevo proceso de vida más unido al territorio y menos a las grandes urbes, no es imposible pero sí complicado. Si a eso le unimos, además, la baja autoestima y formación inadecuada en una buena parte de los que se quedaron en las zonas rurales, principalmente en las zonas del interior, el esfuerzo requerido será aún mayor.
Aunque en estos últimos años sí mejoraron mucho las infraestructuras básicas y la rehabilitación de viviendas, será necesario seguir impulsando y optimizando las obras hidráulicas, instalando redes de electricidad con la potencia necesaria, conectividad la internet rápida y segura, comunicaciones terrestres con los centros administrativos, puertos del capital humano con la aptitud y actitud idónea para desarrollar dicho iniciativas.

La música de la iniciativa de la Nueva Bauhaus, en principio, suena bien. Esperemos que los burócratas europeos sean capaces de poner la letra idónea y que nuestros directores de orquesta y músicos sean capaces de interpretar bien esta nueva partitura. 

 

((Artículo de Jaime D. Bermúdez Alvite, ex directivo de empresas y fundador de él CIS Madera-Galicia))